Camaradas de la LRP distribuyeron este boletín en inglés y en francés en la ciudad de Québec durante las protestas anti-ALCA en Abril 2001. Agradeciemos a Solidaridad por la traducción español.


¡Por la Revolución Socialista y el Final de la Miseria Capitalista! ¡Abajo el "Comercio Libre" Imperialista!

La Liga por el Partido Revolucionario de los Estados Unidos (LRP) y nuestros camaradas organizados internacionalmente en la Organización Comunista por la Cuarta Internacional, estamos con los trabajadores que están luchando contra la Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA).

La ALCA representa la planeada expansión del Tratado de Libre Comercio Norteamericano (TLC) a casi todas las naciones de América. Esto significa una ominosa expansión del ataque que ya significó el TLC. Desde que el TLC entró en vigencia los salarios reales de los trabajadores mexicanos cayeron un 35%, además los campesinos de México han visto reducido su nivel de vida. Los servicios sociales como la salud y la educación han sido radicalmente reducidos. Por supuesto, el TLC también significa un aumento de los ataques contra la clase obrera de Canadá y EEUU.

Libre comercio = dominación imperialista

El principal objetivo de los acuerdos de "libre comercio" es la intensificación de la dominación imperialista y de la explotación de las naciones oprimidas por parte de los grandes poderes imperialistas. Es la eliminación de barreras para la dominación imperialista y la extracción de beneficios de naciones actualmente super explotadas. Estos acuerdos son el complemento necesario para el trabajo del FMI y el Banco Mundial quienes mantienen subyugadas las economías del "tercer mundo", rechazando la adjudicación de créditos si leyes de comercio pro-imperialistas no son aplicadas y planes de austeridad draconianos no son implementados.

Obviamente, como sus intereses en el "tercer mundo" aumentan, el imperialismo necesita garantizar sus inversiones apoyando económicamente y entrenando a las fuerzas armadas locales, respaldando dictadores amigos, y cuando todo esto falla invadiendo a aquellos países. Miremos otra vez a México. A medida que los intereses económicos en este país crecieron aumentaron los subsidios y los entrenamientos para el ejército mexicano. El apoyo al infame y corrupto PRI también se intensificó. Cuando, como consecuencia del TLC, se produjo el declive económico de México, produciendo una crisis política que llevó al colapso del PRI, los EEUU pasaron a apoyar el gobierno de Vicente Fox y el PAN, quienes han sido incluso mas serviciales hacia los EEUU. Otro buen ejemplo es Colombia. Bush continua como Clinton la lucha armada del gobierno colombiano contra la guerrilla izquierdista equipando al ejercito colombiano con el armamento, la tecnología y el entrenamiento mas avanzados. Por su parte Canadá, en su intento de servir como leal socio menor jugo un rol prominente en la reciente invasión a Haití como parte de las tropas de paz de la ONU.

El imperialismo ataca a todos los trabajadores

El imperialismo usa también el "libre comercio" para intensificar la explotación de los trabajadores en casa. La amenaza de la desleal competencia extranjera es usada para forzar a los trabajadores a aceptar salarios bajos. Obviamente los efectos específicos del TLC en los trabajadores de EEUU y Canadá no han sido tan desbastadores como en México. Pero no hay dudas de que los patrones norteamericanos han usado la amenaza de la competencia internacional entre trabajadores para forzar la baja de salarios en casa. La respuesta a esto debe ser una lucha unificada de todos los trabajadores contra la ALCA cruzando las fronteras nacionales.

El problema no es sólo los efectos de los acuerdos de "libre comercio" hoy, tan horribles como son. Los imperialistas manejan sus acuerdos de "libre comercio" contra unos y otros amenazando a la clase obrera de todos los países. Mientras que los beneficios del mundo declinan, la competición entre las potencias principales se intensifica. El extender las esferas de la dominación se vuelve aún más esencial. Alemania aumenta su presencia económica en Europa, y Japón amplía su potencia en Asia, los EE.UU. suben la apuesta presionando para que América latina y a los países del Caribe se integren a un área de "libre comercio" bajo su dominación indiscutida. Estos acuerdos de "libre comercio" como la ALCA son realmente un camino hacia la guerra comercial intensificada entre las naciones imperialistas, que conducirán inevitable a una tercera guerra mundial si la clase obrera no intercede antes.

La lucha de las masas contra el imperialismo

Por suerte, la clase obrera ya ha comenzado su lucha contra el "comercio libre" imperialista. De hecho, hay varias experiencias de las que podemos aprender. Argentina fue recientemente sacudida por huelgas generales contra las medidas de austeridad auspiciadas por el FMI, y más luchas de este tipo se están preparando. Las masas bolivianas se revelaron con éxito en contra de la privatización de los servicios de agua, a pesar de la feroz represión militar. Y en Ecuador, trabajadores e indígenas han usado las huelgas y los levantamientos en varias ocasiones para derribar gobiernos en respuesta a los intentos de dolarizar la economía para facilitar una mayor explotación de parte del capital norteamericano. Mas allá de América, huelgas generales y revueltas han surgido en respuesta a las políticas del FMI y el Banco Mundial, desde Indonesia hasta Zimbabwe.

Para los socialistas revolucionarios, estas luchas de la clase obrera y los pobres son la clave para derrotar los ataques del "libre comercio" imperialista y cualquier otra política capitalista que implique el aumento de la miseria. Las luchas de masas pueden hacer retroceder los ataques imperialistas e incluso conseguir algunas reformas y mejoras temporarias. Pero el capitalismo es un sistema económico basado en la explotación y a medida que profundice su crisis sola será capaz de sobrevivir intensificando la explotación y la opresión. Por eso, el fin de la miseria no se podrá conseguir por medio de reformas, sino por medio de una revolución que destruya al capitalismo. Sólo la clase obrera, aliada con el resto de los oprimidos, puede sacar a la humanidad de la catástrofe a la que nos conduce el capitalismo. Sólo la clase obrera tiene el poder y la organización necesarios dado que ocupa un lugar central dentro del sistema capitalista de explotación. Y lo que es más importante, sólo la clase obrera es llevada por sus intereses económicos a destruir el capitalismo, porque no tiene ninguna opción dentro de él. La clase obrera puede destruir el capitalismo y construir una nueva sociedad de libertad y abundancia. Esta lucha revolucionaria atraerá también a los estudiantes y activistas involucrados con los intereses de nuestra clase.

Las huelgas canadienses muestran el potencial de las acciones de masas

Mientras los trabajadores del resto del mundo se levantaron en protestas explosivas contra los ataques del "libre comercio", en Norteamérica no ha habido aun tal respuesta. Ciertamente, la lucha de clases en Canadá esta mas desarrollada que en los EEUU. De hecho, fue la presión de los trabajadores canadienses la que consiguió que el congreso de trabajadores canadienses (CLC) convocase a las protestas de 1996-7 contra el gobierno de la derecha de Ontario. Pero en aquella oportunidad, los lideres sindicales evitaron llamar una huelga indefinida a nivel provincial, la cual era necesaria para triunfar, y en su lugar convocaron a simples huelgas de un día. De esa forma permitieron que la lucha sea derrotada.

Retrocediendo en el tiempo, la huelga general provincial de Québec en 1972 fue el hecho más avanzado para la historia de la clase obrera canadiense. Las recientes huelgas de enfermeras y maestros de Québec (contra las medidas de austeridad del gobierno provincial del Parti Quebecois nacionalista, así como también contra el gobierno federal de los Liberales) fue otra importante indicación de que es lo que puede hacer nuestra clase. Con liderazgo correcto, estas luchas no sólo podrían haber conducido hacia una huelga general que derrotase los ataques gubernamentales, sino también servido para construir un movimiento anti-ALCA mucho más poderoso.

Las luchas obreras en Canadá, si bien fueron mucho más allá que lo que recientemente podemos encontrar en los EEUU, fueron entregadas porque se desarrollaron bajo el liderazgo reformista de la burocracia pro-capitalista. Estos lideres sindicales aceptan los limites impuestos por el capitalismo y desconfían de la acción directa de los trabajadores. Esta es una buena razón por la cual nosotros luchamos para construir el liderazgo del partido revolucionario internacionalmente. Los trabajadores necesitan un partido revolucionario que pueda liderar las luchas de hoy a la victoria, y también liderar la lucha por la victoria final contra el capitalismo. Tal liderazgo revolucionario abogaría ciertamente por huelgas generales unificadas para derrotar los ataques capitalistas.

Después de Seattle, callejónes sin salida

En los EEUU, la "batalla de Seattle" contra la Organización Mundial del Comercio (OMC) le dio un gran impulso al movimiento anti-ALCA. Pero los intentos para repetir este suceso en otras ciudades -- como Washington D.C., Windsor, Praga, y Niza -- fallaron. El poder de las protestas de Seattle vino del hecho de que los activistas estudiantiles fueron secundados por una masiva movilización de trabajadores. Los líderes sindicales movilizaron varias decenas de miles de militantes con el objeto de realizar una protesta pacífica. Sin embargo muchos de los trabajadores querían una pelea real, no sólo un paseo pacifico. Con lo cual cuando vieron la oportunidad para romper el plan establecido y marchar para unirse a los manifestantes que bloqueaban las calles alrededor de la conferencia de la OMC no desperdiciaron la oportunidad. Los burócratas así perdieron el control y el aparato represivo del estado fue tomado por sorpresa. Los trabajadores y los estudiantes se unieron para bloquear la reunión. (ver "Battle Over Seattle" en Proletarian Revolution No. 60.)

Después de Seattle, el estado aprendió la lección y no será tomado otra vez por sorpresa. Las vallas y cárceles preparadas en Québec testifican la escalada del uso de la fuerza represiva. Y los burócratas sindicales también aprendieron la lección. Ellos evitarán movilizar a las masas y tratarán de mantener separados a los trabajadores organizados de los jóvenes, cuando en realidad una alianza de este tipo liderada por los trabajadores es imprescindible.

Los popes de la CLC/FTQ llaman a protestar sin luchar

En esta oportunidad los lideres del CLC, la Fédération des travailleurs et travailleuses du Québec (FTQ) y la Centrale des syndicats du Québec (CSQ) hicieron mayores esfuerzos que en Windsor, o que los que el AFL-CIO hizo en Washington. Pero su motivo para movilizarse no fue la defensa de la clase obrera frente a los ataques patronales. Ellos se movilizaron porque temían que sus militantes los iban a barrer si al menos no aparentaban luchar.

Sin embargo su plan para oponerse ALCA es una muestra más de que su temor a organizar una verdadera lucha es un factor determinante. Para intentar acallar las protestas contra la ALCA, la marcha sindical fue convocada para el final de la reunión -- en lugar de unificarla con las medidas de acción directa convocadas para bloquear la reunión. Si los lideres sindicales hubieran llamado a los trabajadores a manifestarse el viernes seguramente hubiera habido fuerzas suficientes como para bloquear la reunión.

Revolucionarios contra burócratas

Aquellos que quieren enfrentarse al capitalismo deben oponerse al rol pro-capitalista de los burócratas sindicales. Los revolucionarios impulsan la acción directa de la clase obrera para derrotar al capitalismo. Pero siempre deben prevenir a sus militantes del rol traidor de la burocracia sindical y buscar exponer la conexión entre sus traiciones y sus políticas pro-capitalistas. Si queremos oponernos al capitalismo, debemos exponer a los actuales lideres sindicales quienes emplean todas sus fuerzas para mantener el sistema en pie. Nosotros debemos luchar consecuentemente por la solidaridad internacional de los trabajadores y oponernos al proteccionismo reaccionario y al chauvinismo nacionalista que proponen los burócratas.

Desafortunadamente, la mayoría de las supuestas "fuerzas anticapitalistas" involucradas en las actuales luchas no desafían a la burocracia sindical. De un lado, mientras algunos grupos (desde el stalinistas Partido Comunista hasta los "trotskystas" de Socialismo Internacional) participaron de la coalición liderada por los jerarcas sindicales sin reclamarle a estos que movilicen a los trabajadores para bloquear la reunión. De esa forma ellos tácitamente aceptaron la decisión de los burócratas de evitar una luchar real.

Por el otro, quienes convocaron a la acción directa desde el Comite d'accueil du Sommet des Ameriques (CASA) y la Convergence des luttes anti-capitalistiques (CLAC) también evitaron confrontar con los lideres sindicales obviando convocarlos a las protestas organizadas por ellos. Puesteando a los lideres establecidos de la clase obrera trae como resultado simples parodias de acción directa. Los estudiantes por si solos no tienen el poder que tiene la clase obrera. En este momento solo los lideres sindicales tienen los recursos necesarios para organizar el tipo de acción que es necesaria para atacar los ataques del estado. Y evitando enfrentar sus políticas pro-capitalistas solo sirve para que ellos sigan dominando la lucha.

¡La solución es la revolución socialista!

Las tasas de ganancia caen en todo el mundo. Por ello los capitalistas necesitan intensificar la explotación de las masas para que el sistema sobreviva. Los burócratas sindicales no entregan las luchas por su incompetencia o su cobardía, lo hacen por que ellos apoyan al sistema capitalista, disfrutando de posiciones privilegiadas como diques de contención entre los capitalistas y trabajadores.

La única dirección capaz de liderar las luchas de los trabajadores hacia la victoria es una que no tenga compromisos con el sistema dado que su objetivo es su destrucción, una dirección socialista revolucionaria.

No hay razón para el hambre, la escasez de vivienda y todas las miserias que son usadas para enfrentar a los trabajadores de distintos países como perros entre sí. El capitalismo internacional ha construido una economía mundial con tal capacidad que no hay razón para la escasez de empleos, bienes y servicios sociales en ningún sitio. Si la economía mundial fuese liberada de las cadenas de la producción de ganancias privadas, y en su lugar estuviese dirigida a producir lo que la gente necesita, viviríamos en un mundo de abundancia. Este objetivo se puede conseguir por medio de una revolución socialista internacional. Un mundo socialista, cooperativo, sin clases y limpio de toda opresión puede ser construido.

Pero los capitalistas y sus sirvientes no se rendirán sin luchar. Su respuesta militar a simples protestas como esta lo ponen en evidencia. No, el sistema capitalista debe ser destruido por revoluciones que destruyan el estado capitalista y coloquen a la clase obrera en el poder. Los trabajadores mas avanzados de cada país deben unirse para construir partidos revolucionarios como secciones del partido revolucionario mundial, una recreada Cuarta Internacional trotskysta. Solo con un liderazgo, disciplinado y unificado, de este tipo los trabajadores de vanguardia del mundo serán capaces de liderar la lucha de los trabajadores desde la revolución socialista mundial hasta la victoria.

¡Los trabajadores necesitan un partido revolucionario!

Así la conexión principal entre las luchas cotidianas y la destrucción del capitalismo es la construcción de un partido socialista revolucionario que combine un liderazgo efectivo a las luchas inmediatas de los trabajadores con la educación política de los mas avanzados políticamente como lideres de la lucha de clases.

Tal partido revolucionario debe ser internacionalista. Esto significa que debe defender el derecho de las naciones oprimidas, como Québec y Puerto Rico, a la autodeterminación. Combatirá toda forma de racismo y chauvinismo que dividen a la clase obrera. Trabajara por la acción unificada de los trabajadores a través de las fronteras contra cada ataque capitalista e imperialista.

Fundamentalmente, un partido revolucionario genuino no tendrá nada en común con el falso socialismo de la ahora destruida Unión Soviética, o de aquellos estados stalinistas que hoy sobreviven, como Cuba, China y Vietnam. En estos países, la clase burocrática administra economías capitalistas estatizadas en beneficio del capitalismo mundial. ¡En China y Vietnam, tal socialismo incluye la super explotación infernal en fabricas que trabajan para corporaciones como Nike!

Si usted acuerda con estas ideas, o sólo estas interesado en hablar sobre ellas, contáctate con nosotros. Tenemos un mundo por ganar, y no hay tiempo que perder.

¡Por una huelga general contra los ataques capitalistas!
¡Trabajadores de América -- Unámonos contra la ALCA!
¡La revolución obrera y socialista es la única solución!
¡Construyamos en partido revolucionario de la clase obrera!
¡Recreemos la cuarta internacional!

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