Prologo

por Sy Landy


“Ante esta situación, ante la inaudita difusión de las tergiversaciones del marxismo, nuestra misión consiste, ante todo, en restaurar la verdadera doctrina de Marx sobre el Estado”. -- Lenin, El estado y la revolución

Los ojos del mundo se vierten hacia el Oriente. Millones de seres humanos observan con fascinación y exaltación a los países del “bloque socialista” derrumbarse. País tras país se han sacudido por crisis económicas, luchas de masas por la democracia, gobiernos que colapsan, y revoluciones populares. Partidos comunistas que fuesen una vez monolíticos han descartado a sus dirigentes de largo plazo, huido de sus viejos nombres partidarios, y han rendido sus cargos gubernamentales. Michael Gorbachof y Deng Xiaoping, los dirigentes del Oriente más poderosos, son famosos no por sus triunfos sino por sus intentos desesperados para sobreponerse los fracasos del sistema burocrático. “La Guerra Fría ha terminado y hemos triunfado”., proclamaron los gobernantes y teóricos del capitalismo.

Para muchos, no ha sido únicamente el sistema stalinista sino el marxismo que ha fracasado, tanto como una interpretación de la sociedad moderna como guía para la acción revolucionaria también. La meta marxista del comunismo se tiende a visualizar en el mejor de los casos como la ideología de unos pocos soñadores bien intencionados y en el peor de los casos como un eufemismo para una de las sociedades más opresivas y sofocantes del planeta. Mas aun, como la alternativa ofrecida por los Gorbachofs y Dengs es la importación de métodos capitalistas que los revolucionarios una vez buscaron derrotar, el marxismo revolucionario parece haber perdido todo su validez.

La respuesta presentada en este libro consiste en que únicamente el marxismo es capaz de explicar el notable viraje del sistema stalinista. Únicamente el marxismo es capaz de examinar hasta sus raíces lo que hace a estas sociedades funcionar como lo hacen: la lucha entre las explotadas clase productoras y las clases dominantes. Únicamente el marxismo pudo prever la inevitable decadencia del stalinismo. Únicamente el marxismo puede explicar porque los planes de rescate del reformista stalinismo no son suficientes, porque no son capaces de reparar las contradicciones al corazón del sistema. Y el marxismo puede demostrar de igual manera que el colapso del stalinismo es un presagio de una crisis paralela del capitalismo mundial. Si el Occidente ha triunfado, será un triunfo breve.

Este libro utiliza las herramientas del marxismo para analizar al sistema stalinista: la estructura social y económica que surgió de la degeneración y derrota del estado obrero revolucionario soviético. Demuestra que la sociedad stalinista es fundamentalmente capitalista, parte integrante pero subordinada del imperialismo internacional.

Naturalmente los gobernantes de los estados seudo socialistas y sus apologistas rechazan tal análisis. Pero también lo hacen la mayoría de los críticos “marxistas” del stalinismo. Los contrarrevolucionarios stalinistas pervirtieron no solamente la revolución soviética sino al mismo marxismo. El método dialéctico — el estudio del cambio y desarrollo de la sociedad y el desenmascaramiento de la esencia debajo de cada apariencia superficial — ha sido abandonado. Lo mismo le ha ocurrido a la base analítica del marxismo, la critica de la economía política que desenmascara las contradicciones internas y la inpermanencia del capitalismo. Por lo tanto el “marxismo” ha sido transformado en su opuesto, una ideología contrarrevolucionaria.

Para entender al stalinismo es necesario entender al capitalismo. Para esta tarea es necesario resucitar al marxismo en su forma autentica como la ciencia de la clase obrera, la única agencia capaz de derrocar al capitalismo y por este medio crear un mundo apto para los seres humanos. Este libro es un arma importante en el esfuerzo para revivir el marxismo de Marx, Lenin, Luxemburgo, Trotsky, y de los miles de proletarios que han brindado sus vidas en la lucha por el autentico comunismo.

Este libro destruye una serie de mitos que se le han incrustado sobre el marxismo. Por ejemplo, explota en cantos la falacia hasta ahora común que mantiene que la esencia del capitalismo es la competencia. Como explicase Marx esa era la teoría de los pequeños capitalistas, y no la de él. El libro también destruye sistemáticamente la noción muy en moda que establece que el stalinismo, a pesar de sus fallas, mantiene una centralizada economía planificada. Por lo tanto el Gorbachismo no es para nosotros un intento para restaurar la “democracia” de los mercados sino un intento desesperado para imponer disciplina y orden sobre una economía anárquica — un intento destinado al fracaso.

Para los marxistas la prueba de la teoría es la práctica. El punto de vista y método marxista defendido en este libro ya había pronosticado, hace más de una década, la presente devolución del stalinismo hacia la dirección de formas más tradicionales del capitalismo. A la altura de la Guerra Fría fuimos capaces de predecir que la línea divisoria para una futura Tercera Guerra Mundial seria entre Japón, Alemania y los EE.UU. en vez de entre los EE.UU. y la URSS. Cuando otras “teorías” trataron a la Unión Soviética como un sistema poderoso, como la ola del futuro (por bien o por mal), nosotros la veíamos débil y colapsando.

La importancia de este libro, sin embargo, no consiste únicamente en su predicción o en la utilización del verdadero significado de las categorías marxistas. Su contribución principal consiste en su demolición de los alegados marxistas que han reducido las concepciones marxistas (las mercancías, la explotación, la propiedad estatal, la ley del valor, la tasa decreciente de ganancias, la planificación, la acumulación, las fuerzas productivas, las relaciones de propiedad, formas de propiedad, etc.) a categorías técnicas. Han reificado y objetificado las relaciones de clases y humanas que para Marx estaban encarnadas en estas categorías Han volteado a Marx sobre su cabeza y han aceptado la economía política burguesa en su nombre.

El triunfo del seudo marxismo no aconteció a través de una conspiración. La victoria del stalinismo en la URSS condujo a la corrupción de los partidos comunistas y los “movimientos progresistas” a través del mundo. Los levantamientos revolucionarios de la clase obrera estaban encadenados a la preservación del capitalismo bajo la dirección de los colaboracionistas de clases. El nacionalismo reemplazó al internacionalismo. Los auténticos leninistas dirigidos por León Trotsky fueron asesinados o marginalizados. La victoria de la burocracia stalinista en la Unión Soviética envió un poderoso mensaje que compaginaba con las actitudes sociales de una porción mayoritaria de los profesionales y burócratas clase media de todos lados. El imperialismo como fuese descrito por Lenin, había dado vida a una aristocracia laboral cuyo punto de vista reflejaba sus intereses materiales en la sociedad capitalista. De igual manera, surgió un estamento aliado, la intelectualidad, que floreció especialmente durante el boom de prosperidad posterior a la Segunda Guerra Mundial. Dedicados a una reforma radical del capitalismo, muchos se abrazaron al “experimento soviético” cuando se había divorciado de forma segura de la dirección proletaria.

Las numerosas derrotas al proletariado causadas mediante la agencia del stalinismo (China 1925-27, Alemania 1933, España 1937, la URSS 1936-39 anterior a la guerra; Europa oriental y otros lugares posteriormente) profundizo el cinismo de la intelectualidad hacia la posibilidad de la revolución proletaria — no solamente entre los stalinistas sino también entre sus rivales de la izquierda. El “Dios que le falló” no era solamente la URSS sino la clase obrera también. Los obreros fueron reorganizados no basándose en su poder social sino en sus números; como los campesinos, se podían manipular “por su propio bien”. Su salvación era la carga del hombre sabio, la tarea de los “sirvientes del pueblo”, de los ingenieros sociales. El marxismo como la ciencia de la auto liberación humana había sido desbuchada.

Este libro de manera convincente demuestra que el corriente colapso del stalinismo se encuentra intrincadamente vinculado a la subyacente crisis que en el presente encara el capitalismo mundial en su totalidad. No es accidental, que la cantidad y fortaleza de los estamentos medios también se erosionan. A la misma vez, las masas trabajadoras se levantan a través del “Oriente” y el “Sur”. Pronto entraran en movimiento en el Norte y el Occidente de igual manera. Al desarrollarse la revolución, los trabajadores demostraran no solamente su enorme poder social sino también su creciente conciencia revolucionaria. Están en el proceso de recrear su propia dirección de clases — sus propios partidos de vanguardia e Internacional, la encarnación de su avanzada conciencia. Este libro es un elemento en ese proceso.

Otra vez la clase obrera pronunciará su desprecio contra los “salvadores condescendientes” que verdaderamente trabajan para salvar al capitalismo, conscientemente o no. Otra vez la clase obrera avanza a reconocerse así misma como la heredera de todas las luchas de la humanidad por un mejor mundo. El capitalismo mediante los medios bestiales que son naturales a su disposición, ha creado las bases sociales y técnicas para la abundancia futura. Bajo la dirección de la clase obrera, la humanidad será capaz de deshacerse de los problemas que ahora son innecesarios e idiotas — la hambruna, las guerras, la explotación, el racismo, el sexismo, el chovinismo, y la degradación humana en todas sus formas.

El marxismo de este libro es el marxismo de los cuales los “marxistas” del presente han declarado como utópicos e ingenuos. Encarna la creencia de que los trabajadores se motivaran para producir en abundancia no mediante el latigazo de los mercados sino mediante una conciencia común de su habilidad común para construir un mundo humano, igualitario en el cual la creatividad y cultura pueda florecer, donde la “humanidad, la constructora” pueda alcanzar las estrellas.

Podrá el pueblo trabajador del presente alcanzar este destino. No como son ahora sino como serán cuando en el curso de la construcción de la revolución socialista se preparen para tales hazañas. Este es un libro sofisticado escrito para ayudar a destruir el cinismo sofisticado sobre la capacidad humana que plaga nuestra época. Esta escrito en defensa del intelecto y en desafió de clases de aquellos que en su arrogancia se han apoderado del poder libertador de las ideas.

febrero, 1990

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